Después de la muerte de
Gregorio, los padres se sintieron felices, pero a la vez tristes porque, a pesar
de esa situación que pasaron tan mal, decidieron buscar un marido a su hija. El
marido tenía que ser guapo,
alto, listo, moreno y que tuviera dinero, (vendría bien una coma) porque no querían que su hija viviera
en un infierno. Se casaron después de tanto buscar y buscar a ese chico
perfecto.
Tuvieron un hijo llamado Gregorio en honor
a su hermano muerto para así poder recordarlo siempre.
LOURDES MOYA GUERRERO
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