14. Clara ha vuelto.
Al día siguiente, tras despertarme :
-¡Juan! El desayuno está
listo, baja a desayunar – oí decir a mi madre.
El desayuno estaba delicioso y
la verdad es que me proporcionó mucha energía para afrontar el día ya, que era
un zumo de naranja recién exprimido y una tostada con jamón y tomate.
Estaba tranquilamente en mi cuarto,
escuchando a cada momento aquella canción que me recordaba tanto a Clara.
Sobre las siete y media de la
tarde, llamó alguien a la puerta y bajé corriendo. - Hola, Flanagan: ¿te
apetecería salir un rato al parque? -Era la dulce voz de Sara. Estaba guapísima,
con unas medias, la minifalda que siempre llevaba y el pelo suelto. Me quedé
atónito.-¡Claro! -Respondí con una sonrisa .
Avisé a mi madre de que un amigo me
estaba esperando y que íbamos a dar una vuelta. Le pregunté que cómo es que
estaba aquí de nuevo y me respondió que se había comprado una casita con jardín
justo atrás de la mía y que si quería irme a vivir con ella. Muy sorprendido respondí que sí. Poco a poco conseguimos amueblar la casa y acomodarla a
nuestro gusto para vivir eternamente juntos.
Al día siguiente, todos los niños me
miraban de arriba a bajo con cara de desprecio y a la vez de envidia, ya que era
el único afortunado que salía y vivía con Clara Longo.
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