viernes, 17 de enero de 2014

No pidas sardina fuera de temporada

14. Clara ha vuelto.
    

        Al día siguiente, tras despertarme :
-¡Juan! El desayuno está listo, baja a desayunar – oí decir a mi madre.
El desayuno estaba delicioso y la verdad es que me proporcionó mucha energía para afrontar el día ya, que era un zumo de naranja recién exprimido y una tostada con jamón y tomate.
         Estaba tranquilamente en mi cuarto, escuchando a cada momento aquella canción que me recordaba tanto a Clara.
         Sobre las siete y media de la tarde, llamó alguien a la puerta y bajé corriendo. - Hola,  Flanagan: ¿te apetecería salir un rato al parque? -Era la dulce voz de Sara. Estaba guapísima, con unas medias, la minifalda que siempre llevaba  y el pelo suelto. Me quedé atónito.-¡Claro! -Respondí con una sonrisa .
         Avisé a mi madre de que un amigo me estaba esperando y que íbamos a dar una vuelta. Le pregunté que cómo es que estaba aquí de nuevo y me respondió que se había comprado una casita con jardín justo atrás de la mía y que si quería irme a vivir con ella. Muy sorprendido respondí que sí. Poco a poco conseguimos amueblar la casa y acomodarla a nuestro gusto para vivir eternamente juntos.

        Al día siguiente, todos los niños me miraban de arriba a bajo con cara de desprecio y a la vez de envidia, ya que era el único afortunado que salía y vivía con Clara Longo.

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