viernes, 17 de enero de 2014

CONTINUACIÓN DE MOBY DICK



        Después de que El Rachel me rescatara de aquel océano, seguimos buscando al hijo desaparecido de mi nuevo capitán. Rebuscamos días y noches a ese niño perdido con la esperanza de encontrarlo algún día sin rendirnos ni un momento. 

        Un día, mientras seguíamos nuestra búsqueda, nos encontramos con el Marinis, un barco a la caza de ballenas. Nos dijeron a  los arponeros que le gustaría  charlar con el capitán de nuestro barco, que era muy urgente porque tenía un recado para él.  Nuestro capitán fue a su barco, se encontró con el oficial del Marinis, y éste le dijo:

           -Capitán, tengo una mala noticia para usted. Su hijo murió.

        Nuestro capitán empezó a llorar y le dijo que eso no podía ser, que en algún lugar del océano estaría su hijo. Abandonó el Marinis y nos pusimos en marcha buscando de nuevo al pequeño Nicolás.

        Un día, el capitán razonó en que su hijo podría estar muerto en el fondo del mar, y lo único que pensó era una forma de estar junto a él para siempre. Se aposentó ante la proa y decidió arrojarse al agua. Nunca más supimos de él.

        Nos llevamos varias semanas navegando por el mar, con la esperanza de llegar algún día a tierra, pero el hambre y el cansancio no nos dejaron navegar, así que paramos la marcha y nos dejamos morir sobre la cubierta del barco. 

        Pensé que en algún lugar de la muerte me encontraría con mi hermano Quiqueg, con mis compañeros del Pequod, incluso con el capitán Ahab, con el que llegué a coger cariño.

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