EL EXTRAÑO CASO DEL DR. JEKYLL Y MR. HYDE.
Al leer la carta de Henry, Utterson, al igual que Poole, se quedó completamente boquiabierto y fascinado. No daban crédito a la enorme barbaridad que acababan de leer. Sin embargo, Poole creyó al doctor. Utterson, perplejo, aún estaba asimilando la confesión de Jekyll.
-¡Tenemos que llamar a la Polícia! - dijo Poole, agarrando fuertemente el teléfono.
-¡No, espera! - gritó fuertemente Utterson. - Esto no puede ser verdad. Tu amo estaba loco, ¿entiendes, Poole?
-Pero... Si fuera así, ¿dónde está Henry?
-No lo sé. Quizá, asesinado por Mr. Hyde. O... ¿Edward y Jekyll eran la misma persona? No termino de creer la confesión de este hombre.
El abogado seguía dándole vueltas y vueltas al asunto. Mientras rebuscaba en las ropas de Hyde, encontró una tercera carta, de puño y letra de Jekyll. Decía:
-Utterson, como sé que leerás esto, quiero que sepas que ya estoy fuera del país. Este escrito lo creé antes de que Hyde se apropiara de mi personalidad. Como sabía que eso pasaría, tienes que saber que la confesión era falsa; la escribió Hyde después de haberme controlado completamente. Como he decidido quitarme del medio y empezar de cero una nueva vida, he salido del país, con paradero desconocido. Saludos, gran amigo.
Henry Jekyll.
Al leer esto, Utterson se quedó aún más perplejo que al leer la supuesta confesión. Esto si lo creyó, ya que siempre confió en su astuto amigo Jekyll. De inmediato, ordenó a Poole a que llamara a la policía y se llevaran el cadáver de allí.
Pasaron los días, los meses y los años, y nada se sabía de Jekyll.
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